Aquí, en plaza del Antiguo Reino de Aragón, del que San Jorge es patrón, y sumándonos a la causa, pues sacamos a pasear un libro.
Me había mercado “Teoría y Técnica del Turismo” que por ná y menos me había mercao para la ocasión (por las fotos y los planteamientos sobre el turismo de los años 60 y 70; del que ya les hablaré) y anoche mismo Ángeles Ruíz presenta su último trabajo. Y… no hay color, por San Jorge, la flor del libro de Ángeles que va sobre el níspero, Callosa d’Ensarriá y su feracidad agraria y agroindustrial.
Dice Ángeles que cuando vino a Los cafés del Meliá le brindamos en bandeja el título; mayor honor no puede cabernos. “Níspero y otras frutas en el paralelo 38”, el número 3 de la colección Cuadernos de Bitácora Gastronómicos, ya ha visto la luz.
Ayer, mientras el Madriz y el Madrid dormían a las ovejas con su guardar la ropa futbolera, la Casa de la Cultura callosina se llenaba para la ocasión.
Allí, Ángeles presentó el libro y habló de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, que introdujo el níspero; del naturalista local Juan Bautista Berenguer y Ronda; de Adolfo Salvá Ballester, el erudito local, y de todos los que en Callosa le han enseñado algo: Juan Berenguer y el agua caballera (la que va por derecho), Francisco Ronda Calvo y las aguas del Algar; y así un largo etcétera.
De hecho, el libro es un libro sobre los sabores del Trópico que se dan en el Paralelo 38, el mismo que separa las dos Coreas y que, como paralelo al Ecuador que es, circunda el planeta a 38º Latitud Norte e impacta de lleno en Callosa d’Ensarriá (38º 39’ 05’’) y sus tierras donde se cultiva el níspero, “la primera fruta con hueso de la Primavera”. Después de China somos, pues, el 2º productor mundial -siempre en el Paralelo 38- y por ende el 1º nacional.
Y ya que estábamos en Callosa, Ángeles se ha decantado por hacer partícipe del texto al aguacate (pera de cocodrilo; testículo de árbol), a los cítricos de Callosa (naranjas y limones), a los caquis, a las chirimoyas y al kiwi. Es que aquél paraje de “les muntanyes d’En Sarriá” propicia una brizna de tropicalidad que los callosinos han sabido y saben aprovechar mimando el agua a más no poder.
Al níspero y al agua dedica Ángeles Ruíz la mayor parte del libro; pero también a las cosas de Callosa: a la miel (de flor de níspero), al queso, al recuerdo de las espardeñas (espardenyes); al margeneadors (a los que hacía márgenes -muros de contención- para las terrazas en que cultivar en el relieve tortuoso callosino… a la emigración que llevo a las gentes d’En Sarriá a Nueva York o a Argelia.
Y viniendo de Ángeles, unas páginas de gastronomía callosina y de nísperos en la cocina.
Al final ha añadido unas colaboraciones que redondean el trabajo: la nutricionista Elena Haro hablando de “la fruta de la belleza” (obviamente, el níspero); la doctora Remedios Mas (dietas de adelgazamiento y nísperos); los sumiller Jarvier Carmona, Ángel de Miguel y David Rabasa (los maridajes del níspero y la capacidad oxidativa), el cocinero David Ariza (el níspero en la cocina), la arquitecto Marina Ferrando (tipología urbana de la capital del níspero) y el ingeniero agrónomo Esteban Soler (la mejora varietal).
Con su trabajo y esas pinceladitas, Ángeles Ruiz compone un nuevo cuadro de la realidad alicantina desde el punto de vista de la gastronomía. Tanto el director general del Turismo, Sebastián Fernández (y la plana mayor del Invat.Tur gastronómico y del CdT que le acompañaba), como el alcalde, Batiste Saval, elogiaron el trabajo y destacaron el empeño gastronómico callosino por situarse en ese campo.
Y eso que cuando el níspero manda, como ahora, en Callosa no hay más Dios que el níspero; ni elecciones, ni fútbol. Pero, claro, el libro de ayer, el de Ángeles Ruíz, iba del níspero y allí estaban todos. “El níspero es pasión”; y lo demostró.
Y como dijo Ángeles, y todos copiamos su frase, “Callosa huele a azahar, sabe a níspero y suena a agua”… en el Paralelo 38. A la sobra de un nispolero, al aroma del azahar, oyendo el zumbido de las abejas y el correr del agua, Ángeles prepara ya el 4º libro de la colección.
Este es mi libro del día de San Jorge; ¿la flor?, la del níspero; nívea y pura.
Por Juan Díaz